Tus ojos guardan el calor y la imagen del infierno anhelado,
caminan sobre los pasos del angel enmohecido, que perecio entre tus piernas.
supuran en forma de sonrisas, los gemidos contenidos, bajo la sabana de la mentira.
tus ojos...
malditos son tus ojos...
ellos me persiguen en mi andar hacia las sombras,
ellos se atragantan con el cantico
olvidado del ultimo infante muerto.
perdidos en la muchedumbre
agasapada de hedores,
convierten el color en transparencia.
tus ojos...
blancos son tus ojos...
sin alma y sin cuerpo
me atormentan en las noches,
buscando en mis brazos,
el hielo que depuraste,
con tus labios mentirosos.
tus labios...
exquisitos son tus labios...
complices trastornados
de la hipocondría de tus ojos...
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