No puedo abandonar en un mar lleno de enfermedades y efluvios agonizantes, las palabras que le dan libertad a mi alma, no puedo olvidar el placer y extasis que un frase me brinda...
simplemente no puedo dejar de escribir y hacer llegar a los ojos de quien esta al pendiente demis mutaciones, los cambios crisalidos que se dan en mi cabeza.
domingo, 17 de febrero de 2008
Me parecio hermoso este poema de un escritor fascinante, y decidi publicarlo.Espero os guste.
Cuantos de uds, en sus delirios abominantes, al sentir la calida y a veces aspera brisa, crearon imagenes en el conciente, con la silueta del amado? seguramente o tal vez no; han tenido la oportunidad, y los que lo han experimentado, de acuerdo estaran conmigo, en que se llega a un espacio de tiempo en donde todo se confunde, y la realidad , el sueño, la fantasia y tanto que nos hace divagar nos trasporta hacia lo que amamos y deseamos, y nos ahoga en la alucinacion de su cuerpo:
¿No has sentido en la noche?
¿No has sentido en la noche,
cuando reina la sombra una voz apagada
que canta y una inmensa tristeza que llora?
¿No sentiste en tu oído de virgen las silentes
y trágicas notas que mis dedos de muerto
arrancaban a la lira rota?
¿No sentiste una lágrima mía deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve estrechar a la tuya de rosa?
¿No viste entre sueños por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso que estalló misterioso en la alcoba?
Pues yo juro por ti, vida mía, que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo y tu boca pegada a mi boca.
Gustavo Adolfo Becquer
Cuantos de uds, en sus delirios abominantes, al sentir la calida y a veces aspera brisa, crearon imagenes en el conciente, con la silueta del amado? seguramente o tal vez no; han tenido la oportunidad, y los que lo han experimentado, de acuerdo estaran conmigo, en que se llega a un espacio de tiempo en donde todo se confunde, y la realidad , el sueño, la fantasia y tanto que nos hace divagar nos trasporta hacia lo que amamos y deseamos, y nos ahoga en la alucinacion de su cuerpo:
¿No has sentido en la noche?
¿No has sentido en la noche,
cuando reina la sombra una voz apagada
que canta y una inmensa tristeza que llora?
¿No sentiste en tu oído de virgen las silentes
y trágicas notas que mis dedos de muerto
arrancaban a la lira rota?
¿No sentiste una lágrima mía deslizarse en tu boca,
ni sentiste mi mano de nieve estrechar a la tuya de rosa?
¿No viste entre sueños por el aire vagar una sombra,
ni sintieron tus labios un beso que estalló misterioso en la alcoba?
Pues yo juro por ti, vida mía, que te vi entre mis brazos, miedosa;
que sentí tu aliento de jazmín y nardo y tu boca pegada a mi boca.
Gustavo Adolfo Becquer
Diafana mirada
Tus ojos guardan el calor y la imagen del infierno anhelado,
caminan sobre los pasos del angel enmohecido, que perecio entre tus piernas.
supuran en forma de sonrisas, los gemidos contenidos, bajo la sabana de la mentira.
tus ojos...
malditos son tus ojos...
ellos me persiguen en mi andar hacia las sombras,
ellos se atragantan con el cantico
olvidado del ultimo infante muerto.
perdidos en la muchedumbre
agasapada de hedores,
convierten el color en transparencia.
tus ojos...
blancos son tus ojos...
sin alma y sin cuerpo
me atormentan en las noches,
buscando en mis brazos,
el hielo que depuraste,
con tus labios mentirosos.
tus labios...
exquisitos son tus labios...
complices trastornados
de la hipocondría de tus ojos...
caminan sobre los pasos del angel enmohecido, que perecio entre tus piernas.
supuran en forma de sonrisas, los gemidos contenidos, bajo la sabana de la mentira.
tus ojos...
malditos son tus ojos...
ellos me persiguen en mi andar hacia las sombras,
ellos se atragantan con el cantico
olvidado del ultimo infante muerto.
perdidos en la muchedumbre
agasapada de hedores,
convierten el color en transparencia.
tus ojos...
blancos son tus ojos...
sin alma y sin cuerpo
me atormentan en las noches,
buscando en mis brazos,
el hielo que depuraste,
con tus labios mentirosos.
tus labios...
exquisitos son tus labios...
complices trastornados
de la hipocondría de tus ojos...
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